El carácter innovador del proyecto reside principalmente en el propio sistema de bioeconomía circular que se pretende crear dentro del sector agroalimentario: partir de diferentes desechos vegetales procedentes de cultivo convencional y ecológico para aprovecharlos como sustratos sobre los que pueda crecer el insecto Tenebrio molitor, desarrollando nuevas harinas funcionales proteicas (tanto para alimentación animal como humana) y nuevos insumos agrarios ecosostenibles a partir del guano que puedan ser empleados como fertilizantes, bioestimulantes o plaguicidas en los cultivos ecológicos. Por lo tanto, se promueve que los principales desechos generados en la cadena de valor sean revalorizados dentro del mismo sistema. De esta manera, al tratarse de un sistema circular cerrado, se consigue reducir significativamente la huella de carbono del proceso, además de los numerosos beneficios medioambientales y económicos derivados del aprovechamiento y valorización de la mayoría de residuos generados durante el sistema.